Otra vez, me fui a trabajar y les encargué el depa a los lomos. Hoy iba a ser un día difícil y muy pesado. Antes de salir, los acaricié, les di mucho amor, premios, agua servida. Y les dejé una lista de tareas.
Hoy, regreso y otra vez, los perros no tendieron la cama; solo tiraron las almohadas al piso. Joy no pudo barrer y solo sacó todos sus juguetes al balcón. Le pedí a Suadero que echara la ropa a lavar y solo se echó en ella. Les dejé instrucciones para aspirar y solo tiraron más pelo. Les dije que, si por favor, metían los trastes en la dishwasher, y solo lamieron los platos. No sacaron la basura a los contenedores, solo Joy sacó la basura del baño, pero la dejó por toda la casa.
No guardaron la ropa, solo se la pasaron tomando el sol y durmiendo.
Uno ya no se puede confiar en los perros, solo dormir y comer. Juguetes nuevos y pasear, puro pollito y casi caviar. Ya nada más les falta el spa, así, ¿así, una dónde va a parar?
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